VISITA COYOACÁN
COYOACÁN ES EL MUSEO
COYOACÁN
YA ESTABA AHÍ
500 años de su historia reciente
La región denominada Coyoacán, caracterizada por el mestizaje de indígenas autóctonos con los que vinieron del reino de España, tiene una historia de 500 años. Cifra que comprueba la Tercera Carta de Relación, firmada por Hernán Cortés, del 15 de mayo de 1522, dirigida al rey Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Sin embargo, Coyoacán ya estaba ahí mucho antes de que los mexicas fundaran México-Tenochtitlan. Hay huellas de las primeras culturas asentadas en la zona de las que aún permanecen vestigios. En Cuicuilco, se conserva todavía la temprana arquitectura mesoamericana a gran escala. Hace cientos de años, previos a la era cristiana, este lugar, situado en el valle de México, ya que era un importante centro urbano conformado por áreas habitacionales y un complejo epicentro religioso y ceremonial, imponente por su pirámide circular, que sorprende hasta nuestros días.
En la zona aledaña de Copilco hay vestigios de los primeros pobladores de la Cuenca de México, quienes aprovechaban los recursos ribereños y lacustres para impulsar su agricultura con sorprendentes técnicas de cultivo, como son las chinampas, además de la elaboración de los primeros utensilios y figurillas de cerámica, elementos inherentes a la vida sedimentaria. Sin embargo la erupción del Xitle, pequeño volcán de potencia descomunal en el sur de la Cuenca, detuvo abruptamente su desarrollo. Todo se transformó tras la lluvia incandescente del volcán: desde el paisaje de la región hasta los patrones de los asentamientos humanos en el área. Los pobladores de Cuicuilco y Copilco fueron víctimas del avance implacable de los ríos de piedra fundida que arrasaron con todo lo que se encontraba a su paso, provocando la desaparición de estos pueblos y obligándolos a emigrar.
En la última parte del siglo VII d.C. floreció el esplendoroso reinado de Culhuacán, al oriente del valle de México, establecido originalmente por inmigrantes toltecas; un reino que se destaca por su culto linaje aristocrático. Tan fue así que, ya en el siglo XIV, los mexicas buscaron mezclar su sangre con los culhuas, con el fin de legitimar dinásticamente su naciente reino. Desde los tiempos de la llegada de los españoles a las costas de Tabasco, y más tardea "Vera Cruz", se escuchaba hablar de un reino esplendoroso en el centro de las tierras recién descubiertas: el reinado Culhua-Tenochca, gobernado por el gran tlatoani Moctecuzoma II (Moctezuma Xocoyotzin). Por otro lado, los tepanecas de Azcapotzalco, antes de la hegemonía azteca en la valle de México, dominaron hasta lo que hoy se conoce como el Centro de Coyoacán, abarcando asimismo lo que actualmente corresponde a Churubusco, Mixcoac, San Ángel y, más hacia el sur, la frontera con Xochimilco.
Cuando Hernán Cortés llegó a Coyoacán, contó con la invaluable alianza de quien ahí gobernaba, Ce-Tochtli, y a su muerte con el apoyo, el poderoso cacique Ixotolinque. Fue en Coyoacán donde Cortés y sus hombres asentaron sus reales. Ahí vivió con su traductora y amante, Malintzin, y es muy probable que su hijo Martín haya nacido allí. En 1522, Cortés fundó un Ayuntamiento en Coyoacán, como órgano de gobierno para Nueva España y en el transcurso de ese siglo los españoles construyeron varios edificios religiosos allí, entre ellos las parroquias de la Inmaculada Concepción, así como el convento de San Juan Bautista. Después de la conquista, los españoles edificaron el nuevo reinado sobre las ruinas de Tenochtitlan. Por tanto, las tierras ya tomadas por los conquistadores alrededor de los lagos se convirtieron en haciendas y ranchos rurales. En esas tierras se construyó en el siglo XVII el rancho y el puente Panzacola, así como la pequeña iglesia de San Antonio.
Más adelante, en 1755, el inmueble llamado Palacio de Cortés, hoy sede de la Alcaldía, se construyó bajo el mandato del corregidor Francisco Suescun y Tornería. En esa misma época se amplió la Calle Real, hoy llamada avenida Francisco Sosa, y se edificaron las conocidas casas que llevan el nombre de los conquistadores: de Alvarado y de Ordaz. Posteriormente, en el siglo XIX, cuando el México turbulento emergía independiente, el 20 de agosto de 1847 se libró, en el exconvento de Churubusco –último reducto de la defensa mexicana–, una importante batalla contra las tropas norteamericanas que invadían el país. Ahí participaron, al lado de los soldados mexicanos, los solidarios irlandeses del Batallón de San Patricio, que en parte pasaron a pelear del lado mexicano, al percatarse de lo injusta que era la invasión militar norteamericana. Entre los generales que lucharon hasta el final con toda bravura y heroísmo están Pedro María Anaya y Manuel Rincón.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la Revolución mexicana tuvo sus repercusiones en la demarcación. Se dice que por aquí pasaron facciones zapatistas, por lo que también padeció las penurias y vicisitudes económicas y políticas de México, así como los conflictos emanados de las luchas posteriores por el poder y los enfrentamientos religiosos de la guerra Cristera. Pero años más tarde, Coyoacán se convirtió en el lugar predilecto para vivir de personajes del ámbito intelectual, artístico y cultural. Tal es el caso de José Vasconcelos, quien habitó en la llamada Casa Colorada, conocida también como Casa de la Malinche. Además, lo habitaron Dolores del Río, Emilio "El Indio" Fernández, Manuel Álvarez Bravo, Diego Rivera, León Trotsky, Frida Kahlo, José Clemente Orozco, José Juan Tablada, Pablo O’Higgins, Concha Michel, Aurora Reyes y Salvador Novo, este último, cronista y literato, autor de Historias y leyendas de Coyoacán y Breve historia de Coyoacán, que fue quien inauguró allí el legendario teatro de La Capilla en 1952.
En los años cincuenta, uno de los grandes acontecimientos dentro de la Alcaldía Coyoacán fue la construcción de la Ciudad Universitaria, hoy Patrimonio de la Humanidad, lo que trajo el establecimiento de académicos, científicos, historiadores, filósofos, abogados, escritores y estudiantes en la colonia.
Es indiscutible que por Coyoacán discurren todas las etapas de la historia social de nuestro país. Momentos del pasado y del presente coexisten y son palpables en sus calles, edificios, jardines, plazas y monumentos, convirtiéndose así en un lugar único en nuestro país, lleno de estética y armonía singulares por su traza, la riqueza de su arquitectura y su paisajística urbana, acompañada siempre de sus enormes árboles centenarios. Por todo esto, Coyoacán es y ha sido un espacio propenso al desarrollo de las ideas y la creación; museo viviente, tanto del país en general como de su Alcaldía en particular; sitio admirable para conocer, vivir y disfrutar.
Autoría: Hilda Trujillo Soto